El origen del villancico

Fecha de publicación: 11-12-2015

Melodías que nacieron para narrar la cotidianidad de un pueblo, son cantos de alabanza al nacimiento de Jesús.

Año tras año nos percatamos que ya se acerca la Navidad debido a la decoración que nos rodea desde el mes de noviembre que, junto a las llamativas luces, el tradicional pesebre y el característico árbol navideño, acompañan a otro de los elementos típicos de esos días: la música de Navidad.

Estos cantos contribuyen a formar el ambiente navideño propio de las fechas decembrinas y al igual que todos los años, resurge un particular tipo de música que recibe el nombre de “villancico”. Sin embargo, pocas son las personas que conocen de donde proviene esta melodía que, cada mes de diciembre llega a nuestros oídos en esos días tan especiales.

Su origen se ubica en la Edad Media, época en la que estas alegres canciones no tenían nada que ver con la Navidad, religión o el nacimiento de Jesús. Se trataba de alegres composiciones que se cantaban en el mundo rural y cuyo fin era narrar los acontecimientos que habían sucedido en las villas tales como amores y desamores, fallecimientos y todo aquello que, de una u otra manera era considerado de interés del pueblo.

Por decirlo de un modo más fácil de entender, estas composiciones eran una especie de noticiero rural en forma de canciones que al irse popularizando de boca en boca entre los habitantes de las villas, pasaron a conocerse como villancicos.

Esta denominación apareció en el siglo XV refiriéndose a este tipo de canciones en lengua vulgar; las primeras fuentes documentales en las que aparece la denominación de “villancico”, son el Cancionero de Stúñiga que data del año 1458 y el  Chanssonier d’Herberay de 1463. Ya a finales de este siglo, el villancico consistía en una forma musical y poética que alternaba coplas con estribillos.

Hacia el siglo XVI debido a que las autoridades eclesiásticas empiezan a considerar la conveniencia de introducir en la liturgia composiciones en castellano como una forma de acercar al pueblo a los misterios de la fe católica, el villancico poco a poco va cambiando su temática sobre el amor cortés y la cotidianidad del pueblo, para ir centrándose en temas de tipo religioso.

Los miembros eclesiásticos vieron en este tipo de canciones sencillas y fáciles de memorizar, la forma perfecta para divulgar su mensaje evangelizador, razón por la cual empezaron a adaptarse numerosas coplas con motivos religiosos y sobre todo, con sencillas letras relacionadas con el nacimiento de Jesús y la Navidad.

En este sentido, cabe destacar que la iglesia ya tenía desde mucho antes sus propias composiciones musicales, pero la forma del villancico les favorecía más, al tratarse de canciones sencillas, de rima fácil y letras “pegajosas” que podían ser memorizadas por cualquier persona, incluso sin mayor grado de instrucción.

Este tipo de villancico se popularizó rápidamente, convirtiéndose en melodías ampliamente interpretadas en las iglesias durante los oficios religiosos y que después eran cantadas por el pueblo en sus reuniones familiares, siendo esta, una manera rápida y eficaz de llevar a muchísimas más personas el mensaje del evangelio.

Durante el siglo XVII, el villancico alcanza una gran complejidad técnica y formal incrementándose el número de voces incluso hasta ocho, distribuidas en dos coros dispuestos en diferentes lugares de las catedrales, acompañados con instrumentos como el arpa, el violón y el órgano.

Durante el siglo XVIII el villancico estuvo influenciado por Italia en relación con la composición musical, dándole una estructura más compleja en cuanto a la polifonía, instrumentación e incluso en la puesta en escena, con aires de teatralidad en las presentaciones.

Luego de años de evolución, hoy en día al referirnos a la palabra villancico, hacemos referencia a la canción de Navidad que tiene sus orígenes en las culturas populares de cualquier nacionalidad. El villancico que acostumbramos oír en fechas decembrinas tiene una estructura melódica y armónica sencilla y normalmente suele estar interpretado en las voces por coros de niños, que le imprimen mayor dulzura y armonía a las melodías.