Qué es una Planta de Tratamiento de Agua Potable

Fecha de publicación: 20-09-2018

El buen funcionamiento de una planta de tratamiento y la certificación de la calidad del agua potable que se produce en ella, fundamental para garantizar la salud pública de la población.

Una planta de tratamiento de agua potable es una estructura integrada por una serie de equipos y sistemas adecuados para transformar el agua en su estado natural (agua cruda), en agua apta para el consumo humano.

Las dimensiones y diseños de ingeniería de las plantas de tratamiento pueden variar dependiendo de los requerimientos y demanda de agua potable de parte de la población a la cual abastecen, sin embargo, se pueden distinguir dos tipos de plantas de tratamiento de agua, la de tipo convencional y las modulares.

La Planta de Tratamiento convencional se caracteriza por ser una infraestructura de grandes dimensiones en donde se conjugan todas las fases y procesos para la producción de agua potable como lo son: coagulación, mezcla rápida, floculación, sedimentación, clarificación, filtrado y desinfección.

La Planta modular está representada por un sistema integrado de tratamiento en varias etapas que incluye todos los procesos requeridos para la obtención de agua potable. Son compactas, ocupan poco espacio y se pueden ampliar dependiendo de las necesidades, incorporando módulos de clarificación y filtración.

En relación al esquema de funcionamiento de una planta de tratamiento de agua potable, podemos mencionar los siguientes pasos o procesos para convertir el agua cruda en agua apta para el consumo humano:

Toma de agua cruda: Es el punto de captación de las aguas, bien sea de fuentes superficiales como ríos o embalses construidos para almacenamiento. Generalmente consta de una tubería de succión, precedida de un sistema de rejas que impide el paso de objetos sólidos, como ramas, troncos u otros desechos.

Desarenador: Destinado a sedimentar arenas que van suspendidas en el agua y que pudiesen generar daños.

Cámaras de mezcla: Es la fase donde se agregan sustancias químicas al agua a manera de coagulantes para aglutinar partículas en suspensión. El más común de estos elementos químicos y que es mayormente utilizado en la industria hídrica, es el sulfato de aluminio.

Sistema de decantadores: Son especies de piscinas de gran volumen y extensión, donde el agua reposa por un tiempo determinado, con el propósito de que las impurezas aglutinadas gracias a las sustancias químicas coagulantes aplicadas en la fase anterior, decanten y caigan al fondo. El agua sale muy clarificada en esta etapa y además, junto con la suciedad depositada en el fondo de los decantadores, queda gran parte de las bacterias.

Filtros: El agua decantada llega hasta uno o varios filtros donde pasa a través de sucesivas capas de arena de distinto grosor. De esta fase sale prácticamente potable.

Desinfección: En esta parte del proceso y a manera de garantizar la potabilidad del agua, se le agregan cantidades específicas de cloro con el objetivo de eliminar las bacterias. Por lo general se agrega un porcentaje de cloro residual que neutraliza el desarrollo de bacterias en su recorrido por las redes de tuberías de las ciudades.

La rigurosidad de estos procesos desarrollados en una planta de tratamiento de agua potable, es supervisada las 24 horas del día por ingenieros químicos, expertos en el control de calidad tanto de los procesos, como del producto obtenido, a fin de garantizar la potabilidad del agua que es distribuida a la población, desde la planta.

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