Macanao, región indómita de Margarita

Montañas, playas, vegetación y la calidez de los macamoenses que saben muy bien cómo hacer sentir en casa a quienes visitan la región.

La Península de Macanao, está ubicada en el oeste, al sur-occidente de la Isla de Margarita. Macanao, expresión derivada del nombre de un cacique Guaiquerí, es uno de los 11 municipios del estado Nueva Esparta. Limita geográficamente con el municipio Tubores y el Mar Caribe. Su capital es Boca de Río.

Cuenta con una extensión territorial de 329 km² cuyo clima es árido-cálido y la principal actividad económica es la pesca artesanal. La península posee una parroquia, San Francisco de Macanao, cuya capital es Boca de Pozo. Razón por la cual dicha península se divide popularmente en Macanao y Boca de Río, capital del municipio.

Según la historia, desde el punto de vista geográfico, la península no se encontraba unida al borde oriental de Margarita, los procesos de sedimentación crearon el istmo que conecta naturalmente la península con la Margarita Oriental, así llamada. Sin embargo la península quedó totalmente comunicada con la región oriental de Margarita el 17 de febrero de 1963 cuando se inaugura el puente de cemento sobre la Laguna de la Restinga, cuya creación fue decretada el 4 de septiembre de 1961.

La Península de Macanao, tiene a su cargo años de antigüedad. Gran ejemplo es Boca de Pozo, conocida como Macanao, uno de los centros poblados más antiguos de la región. Fue asiento natural de los hatos Robledal y Chacaracual en 1660. En 1841 Boca de Pozo se vuelve una población agrícola, eliminando la noción de que la península era una tierra infértil. Posteriormente en 1844 se devino en asiento habitacional cuando se muda el hato Robledal, a lo que hoy día es el Robledal y es cuando comienzan a construirse las primeras rancherías.

Dentro la división política de Margarita, Macanao ha ocupado muchos lugares; fue parte del municipio Díaz hasta el 14 de febrero de 1974 cuando pasa a tener autonomía, creándose el municipio Península de Macanao.

Ya para el 20 de noviembre del año 1962 la península fue declarada de interés público para los efectos turísticos y recreacionales con zonas de playa, lagunas y montañas como lo son, el Istmo de la Restinga, Bahía de Boca de Río y las Montañas de Macanao.

Claro está, es imposible estar en la Península de Macanao sin disfrutar de un día de sol en cualquiera de las playas del Parque Nacional La Restinga, como Punta Arenas, Manzanillo, Punta de Tigre y La Carmela.

Más allá de sus hermosas playas, la Península de Macanao tiene hermosos cerros de tierras rojizas, donde se esconde todo un mundo aventurero y lleno de experiencias para los amantes de la naturaleza. Actualmente, algunas compañías turísticas hacen recorridos por esa zona, para que los visitantes puedan observarlas de lejos, sin embargo, para los más atrevidos, se organizan excursiones a pie. Uno de los atractivos son sus cuevas, que remontan a los turistas a las épocas prehistóricas. En ese camino hacia las cavernas, se aprecia toda la biodiversidad de la zona y la paz de la naturaleza reinante. Es una experiencia todo terreno.

Si nos encontramos en Macanao, también podemos disfrutar de otras alternativas recreacionales como por ejemplo, visitar el Museo Marino en Boca del Río, los paseos a caballo en Cabatucán, a 2 kilómetros de Guayacancito y transitar el Sendero La Chica, una zona de turismo ecológico.

Pernoctar en Macanao, luego de todo un día de sol, aventura, naturaleza y diversión, también es toda una experiencia pues sus noches son frescas y apacibles. Podemos encontrar diversos hospedajes que garantizan relajación, buen trato, excelente atención y muchísima comodidad. Existen posadas y muchos restaurantes para comer las especies marinas recién sacadas de las aguas, directo a la mesa.