Libros contables obligatorios en Venezuela

La información financiera precisa de la empresa como los libros contables no sólo es un requerimiento legal, se convierte en instrumento fundamental a la hora de tomar decisiones. .

El Código de Comercio de Venezuela (artículo 32 y 260) establece una serie de normas que deben cumplir los comerciantes y empresarios con respecto a sus libros de contabilidad, los cuales son de carácter obligatorios en Venezuela.

Todo comercio o empresa debe llevar: un Libro de Diario, un libro llamado Mayor, un Libro de Inventarios y libros auxiliares que le permitirán reflejar hasta el más mínimo movimiento, o hecho económico que pueda generar una modificación cuantitativa o cualitativa en la composición de su  patrimonio

Entre los tipos de libro que debe llevar una empresa cuentan:

Libros de contabilidad o libros contables, que debe ser escrito en perfecto español. Pasan por ciclos que pueden ser mensuales, trimestrales o anuales.

Libro Diario: Refleja los asientos relacionados con las actividades diarias.

Libro Mayor que resume lo que refleja el libro diario. En él se organizan activos, pasivos y el patrimonio.

Libro de Inventario y Balance: Contiene registrados los  bienes, tanto muebles como inmuebles, activos, créditos y pasivos. Refleja  el patrimonio de la empresa.

 Libro Auxiliar: Posee información relacionada con la contabilidad.

Libro de Compra y Venta: Con toda la información requerida por  los contribuyentes al Impuesto al Valor Agregado (IVA).

Libro de Accionistas,  libro de Actas de  Asambleas, libro de Actas de la Junta Directiva: a través de los cuales se  conocen detalles de accionistas, reuniones de asambleas y sus decisiones.

Las compañías de responsabilidad limitada, deben también, de acuerdo al  artículo 328, llevar un Libro de Socios con nombre, domicilio y nacionalidad de los mismos, el valor de las cuotas suscritas y las cantidades pagadas por cada uno.

Convertir la información generada por la empresa en un sistema que facilite su interpretación, permite tomar  decisiones lo más ajustadas posible a su realidad, y con ello, evitar graves errores financieros.