Las Flores de Bach son una serie de esencias naturales descubiertas por el Dr. Edward Bach entre los años 1926 y 1934, que son utilizadas para tratar varias situaciones emocionales, como los miedos, falta de interés, el estrés, la desesperación, la depresión, la hipersensibilidad y las obsesiones. Se trata de un conjunto de 38 flores de la campiña inglesa, divididas en 7 grupos o preparaciones no farmacológicas, o símil-homeopático.
Las mismas son elaboradas a partir de una decocción o maceración en agua de flores maduras de diversas especies vegetales silvestres o naturalizadas. Lo que quiere decir que se sumergen en agua y se exponen al sol o a la ebullición, en un proceso que finaliza en una dilución bebible, comercializada en pequeños frascos con gotero de entre 10 y 20 mililitros, y encontradas en farmacias o tiendan naturistas.
Según el Dr. Bach, los tratamientos con las Flores de Bach están destinados a aliviar desequilibrios psicoemocionales y de carácter. Él pensó el uso de sus remedios en base a la hipótesis de que las enfermedades son consecuencias de trastornos o desequilibrios de la dimensión emocional-mental, o de la personalidad producto de un conflicto Alma-Personalidad.
Las Flores de Bach también son conocidas como “remedios florales de Bach” o “esencias florales de Bach”
Especialistas como Susana Veilati, presidenta de la Asociación de Terapia Floral Integrativa (AFTI), consideran que las Flores de Bach son compatibles y no sustituyen a otros tratamientos, no tienen contraindicaciones, no poseen riesgo de sobredosis, no inducen trastornos secundarios y no conllevan adicción. Por lo mismo, de ellas se pueden beneficiar personas de todas las edades.
En la actualidad existen otros sistemas florales como el sistema de las esencias de Orquídeas del Amazonas, creado en el año 1990 por el alemán Andreas Korte y que consta de 20 elixires. Además, existen otras técnicas basadas en la flora autóctona de cada región.
En el año 1976, la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomendó a sus estados miembros el uso de la aplicación de medicinas alternativas, entre ellas el uso de las Flores de Bach. La misma organización, publicó un estudio en el año 1983 dirigido a las administraciones sanitarias sobre la medicina tradicional en donde recomienda la Terapia Floral de Bach.
Sin embargo, también existen escépticos y prudentes, dado que no han sido realizados estudios científicos y universitarios sobre la afectación al carácter o a la dimensión psicológica de una persona mediante el uso de terapias florales. Los estudios que hay corresponden a seguidores y defensores de dichas terapias.
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