Fecha de publicación: 22-09-2014
Muchos usuarios no están conscientes de que limpiar indebidamente los lentes es perjudicial. Si se utiliza un pañuelo se recogerán las impurezas y las extenderán, provocando arañazos que deterioran al lente.
Es recomendable usar un paño de microfibra para limpiar los anteojos. Ayudan a eliminar la grasa y la humedad sin arañar dejar marcas. Hay que limpiar regularmente los lentes colocándolos bajo el agua, que elimina las impurezas y el polvo. Añadir al agua un detergente lavavajillas de pH neutro y limpiar cuidadosamente con un paño de microfibra, sin frotar.
Una vez arañados los lentes, es necesario cambiarlos. Aunque muchas personas piensan que este defecto es meramente cosmético, lo cierto es que la luz se difumina al atravesar los surcos del arañazo, irritando los ojos.
Siempre se deben mantener los anteojos en un estuche rígido cuando no se lleven puestas para proteger los lentes y monturas de arañazos y daños. Para evitar rayar los lentes cuando los estés dejando en una mesa, cierra la montura y apóyala primero sobre la mesa.
No se deben poner los anteojos sobre la cabeza. Los lentes están diseñados para descansar sobre la nariz. Usar las gafas en la cabeza hará que se estiren y desalineen con el tiempo.
En cuanto a los lentes de contacto, se deben mantener las manos limpias al manipular los lentes. Al secarse las manos, verificar que no haya restos de toalla en los dedos.
Hay que mantener las uñas bien cortadas para evitar lesiones en los ojos al quitar o poner los lentes. Usar soluciones de mantenimiento y limpieza recomendadas por un oftalmólogo. Distintos tipos de lentes necesitan de cuidados higiénicos diferentes.
Mantenga el estuche de los lentes limpios y reemplácelo regularmente, por lo menos una vez cada tres meses.
Con estas precauciones, la vida de sus anteojos o lentes de contacto se prolongará, además se evitarán riesgos para la salud visual.