Fecha de publicación: 11-12-2015
Sin lugar a dudas, el árbol de Navidad, es uno de los protagonistas principales de las festividades decembrinas; “montar el arbolito” puede ser un plan estupendo que podemos compartir en familia. Además, contribuirá a darle a nuestro hogar un toque alegre y festivo. Bambalinas, figuritas, luces... hoy en día tenemos una amplia gama de adornos de donde elegir.
A la hora de comprar un árbol, tenemos dos opciones: podemos escoger un abeto natural de los que venden en viveros, o bien adquirir uno artificial en alguna tienda.
Si nos decidimos por un árbol natural, antes de comprarlo debemos comprobar que sus hojas estén verdes y no se caigan. Debemos regarlo dos veces a la semana y alejarlo de fuentes de calor. Esta opción puede resultar ecológica ya que si tenemos un jardín en casa, al final de las Navidades podemos trasplantarlo en él.
Si preferimos un árbol artificial, suelen ser más económicos y fáciles de encontrar que los anteriores y además, sus ramas soportan mejor los adornos y tienen menor riesgo de incendio.
Hoy en día contamos con una variedad de adornos tan amplia que puede resultar abrumadora, por eso, antes de ir al centro comercial y comprar todo lo que nos ofrezcan de decoración navideña, conviene recordar aquellos que no pueden faltar en un árbol de Navidad.
Uno de ellos son las bambalinas, tan tradicionales como la propia Navidad, las luces que le darán vida a nuestro arreglo y por último, no podemos olvidarnos de incluir la estrella.
Una vez que consigamos desenredar esa maraña de luces que hemos sacado de la caja, es hora de colocarlas. No todo el mundo opta por incluirlas en el árbol, pero es una buena idea para aportar luminosidad a la decoración. De colores, con música, fijas. Actualmente hay infinidad de tipos de luces, por lo que debemos elegir uno que vaya de acuerdo a los adornos del árbol para que no se vea igualmente recargado, es decir, si ya no requerimos de más adornos, elijamos luces sencillas y de las comunes, si por el contrario notamos que requiere de más, optemos por luces con figuras como campanas, esferitas o flores.
Recordemos que las luces son lo primero que debemos colocar antes de empezar a adornar el árbol, pues si ponemos las luces al final, podríamos enredarlas con los adornos y resultaría más aparatoso. Pongámoslas de arriba a abajo y empezando por el interior de las ramas para luego sacarlas al exterior.
Una vez que tengamos el árbol montado, ¡es hora de adornarlo! Por supuesto, sobre gustos no hay nada escrito, pero si necesitamos inspiración, podemos explorar algunas ideas de las decoraciones más tradicionales de la Navidad.
Una de ellas son los tonos dorados, un color muy típico en estas fechas. Podemos incluir bolas y cintas de este tono para conseguir un árbol luminoso. Pero eso sí, evitemos incorporarle luces para que no resulte demasiado recargado. ¡El árbol debe destacar por sí mismo!
El rojo y el verde son dos colores que están tan presentes en la Navidad como el turrón y los villancicos. Seguro que los encontraremos decorando cualquier árbol. Podemos aprovechar el verde de las ramas para colgar adornos rojos como bolas, lazos o figuras y hacer esta combinación tan navideña. Si introducimos en el árbol luces blancas y lo coronamos con una estrella dorada, tendremos un árbol bonito y tradicional.
Otra opción de estilo para adornar nuestro árbol de Navidad, es la decoración nórdica. En ella no abundan los colores llamativos ni las luces. De hecho, esta alternativa transmite armonía y tranquilidad, aspectos que se consiguen adornando el árbol con elementos sencillos como bolas blancas, pequeños adornos plateados, detalles verdes o piñas marrones. ¡Una decoración inspirada en la nieve!
Cuando se tienen niños en casa, es inevitable que el árbol de Navidad acabe repleto de colores y figuritas de cualquier tipo. Pero eso no tiene nada de malo, ¡al contrario! seguro que le da a la casa un toque ingenuo y cálido a la vez.
Decorar el árbol con nuestros hijos puede ser un plan muy divertido y es una buena oportunidad para dejar volar su imaginación y sacar la creatividad que llevan dentro; juntos, padres e hijos podremos crear un árbol muy original.
Para decorar el árbol debemos pensar en un adorno específico que será la base y después elegir accesorios adicionales como lazos, listones, varitas decoradas, peluches y flores. Algunas opciones pueden ser detalles angelicales, rosas rojas de papel, esferas con brillos o mariposas. Eso sí, sin recargar el arbolito para que se vea sobrio y proyecte una imagen agradable para nosotros y a quienes nos visiten.
