La importancia del uso de preservativos para ella y él

Fecha de publicación: 08-09-2017

Este método de barrera es beneficioso tanto para el hombre como la mujer en cuanto a la prevención del embarazo y ETS.

Los preservativos, también conocidos como condones o profilácticos, constituyen un método anticonceptivo de barrera. En esencia, son fundas o tubos de goma fina o látex que se adaptan anatómicamente al pene en erección evitando el paso del semen al interior de la vagina.

Desde sus inicios, el preservativo ha estado rodeado de mitos, prejuicios e inclusive, implicaciones sociales y religiosas, motivado a la dificultad que tenía el común de la gente sobre su correcto uso, situación que ha venido cambiando paulatinamente con el paso de los años, gracias al creciente acceso a la información, por eso hoy es mucho más fácil conocer la forma idónea de utilizarlo.

El preservativo masculino es aquel que se adapta al pene en erección y suele llevar en su extremo distal (cerrado) un pequeño reservorio que sirve de depósito del semen tras la eyaculación, previniendo de esta manera su rotura. Generalmente contiene un lubricante hidrosoluble. A la vez que forma una barrera que impide que el semen, conteniendo sus espermatozoides, pase a la vagina, el condón también sirve para prevenir el contagio de enfermedades de transmisión sexual, evitando el contacto directo entre el pene y la vagina. 

Por su parte, el preservativo femenino desarrollado muchos años después, es un método  alternativo al preservativo masculino que puede aportar a la mujer un grado de autonomía mayor que el preservativo masculino y por lo tanto contribuir a aumentar el control que tiene de su fertilidad y sexualidad. Consiste en una funda transparente de nitrilo, con dos anillos flexibles en ambos extremos, uno en el interior que permite la colocación dentro de la vagina y otro de un diámetro mayor que permanecerá en el exterior de la vagina cubriendo los genitales externos de la mujer (labios mayores y menores, clítoris). La utilización del preservativo femenino no es difícil, pero requiere de cierta práctica, la cual podrá adquirirse rápidamente.

Aunque el uso de este dispositivo genera un poco más de aprehensión que su par masculino, ya que inicialmente puede resultar poco atractivo desde el punto de vista estético y generar una sensación de desagrado, la experiencia demuestra que la mayoría de estos inconvenientes desaparecen a medida que se gana habilidad en el uso de este método.

En general, entre las ventajas del condón, tenemos que es 95% efectivo en cuanto a la prevención de enfermedades de transmisión sexual. Por ejemplo, para el año 2000 el Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos determinó la disminución en un 85% del riesgo de contraer Sida con el uso regular del condón. Esta es una de las razones que nos lleva a asumir que el uso del preservativo constituye un tema de salud y seguridad para ambos miembros de la pareja.

El empleo adecuado del preservativo constituye uno de los métodos anticonceptivos más efectivos, con 97% de éxito, lo que lo convierte en un gran aliado junto a la píldora o pastilla anticonceptiva para prevenir un embarazo no deseado. Esta situación cobra más importancia en el caso de los jóvenes, que en muchos casos suelen iniciar su vida sexual sin la información o preparación necesarias para afrontar la responsabilidad que implica este aspecto de sus vidas.

Otra de las ventajas del uso del preservativo es el hecho de que no produce efectos secundarios ni para el hombre ni para la mujer, por tanto, no se necesita de prescripción médica para su utilización. Si sumamos a este hecho, su bajo costo con respecto a otros métodos anticonceptivos, tenemos que su empleo es muy accesible.

La industria y las casas fabricantes han desarrollado diferentes opciones y variedad de modelos para reducir la aprehensión que tanto hombres como mujeres tienen con respecto al condón, por aquello de que disminuye la sensibilidad durante el coito.

La incorporación del condón en la práctica sexual es sinónimo de una decisión inteligente que beneficia la salud tanto del hombre como de la mujer, fomentando tanto la práctica del sexo seguro a nivel de la prevención de enfermedades de transmisión sexual como la planificación familiar, evitando un embarazo no deseado. La información oportuna contribuye con el uso adecuado de este método que, definitivamente es un aliado de la salud familiar y social.

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