Qué significado tiene un tren para la Navidad

Fecha de publicación: 11-12-2015

El tren de Navidad, nos trasladará mágicamente al Polo Norte, un maravilloso viaje para alcanzar nuestros más ansiados anhelos.

Entre tantas y tantas imágenes incónicas que año tras año traen consigo las celebraciones de las fiestas decembrinas, el Tren de Navidad es uno de los más llamativos, el cual nos retrotrae a nuestros más profundos recuerdos infantiles de llegar a la tierra de San Nicolás y disfrutar de los anhelados juguetes y regalos, característicos de estas fechas.

La magia que encierran estas imágenes del Tren en Navidad, las cuales atesoramos en nuestra memoria siendo muy niños, las podemos extrapolar a nuestra vida de adultos, ya que simbolizan la cristalización de nuestros más ansiados sueños y deseos por todo aquello que queremos alcanzar, tanto en el aspecto material como en el plano espiritual.

Tal es la magia del Tren de la Navidad que es costumbre de muchos pequeños, pedir al Niño Jesús, a los Reyes Magos o al mismo San Nicolás, un hermoso tren de juguete el cual podrán admirar por horas y horas continuas transitando por sus rieles en un imaginario viaje hacia el Polo Norte.

Antiguamente, estos trenes de juguete eran fabricados de manera artesanal, hechos con madera y pintados pacientemente a mano por dedicados artistas. Pero al igual que el resto del mundo ha evolucionado en cuanto a producción e industrialización se refiere, en la actualidad, podemos ver en tiendas y jugueterías, trenes de gran magnitud, de plástico o metal, impulsados por energía eléctrica o baterías, con innumerables accesorios y detalles realistas.

Pero bien sea ese sofisticado tren eléctrico o el sencillo trencito de madera, lo importante es que siempre habrá niños interesados en ellos y por supuesto, por la magia que representan sobre todo, en época de Navidad.

Además de ser un hermoso presente para los pequeñines de la casa, un chu-chu tren navideño constituye un bellísimo elemento para la decoración de nuestros hogares en las fechas decembrinas, así que no resulta extraño ver en las salas de las casas, un imponente árbol de Navidad con un tren dando vueltas a sus pies.

Hay quienes conservan la costumbre de coleccionar trenes de Navidad, algunos adquiridos en distintas épocas o lugares y otros, resultado de obsequios dados por familiares o amigos a sabiendas de que son verdaderas joyas, muy valoradas por quienes las reciben.

De igual manera, la imagen del tren ha sido utilizada en numerosas películas y series ambientadas en la temporada más bonita del año. Una de las más famosas y preferidas de los últimos años, es precisamente el “Expreso Polar”, una producción cinematográfica que, apoyada con la tecnología de animación 3D, narra las aventuras de un niño que recobra su entusiasmo e ilusión por la Navidad, gracias a un maravilloso viaje a bordo de un tren que, sin necesidad de rieles, lo transporta por los aires de forma mágica hasta llegar al Polo Norte y encontrarse con Papá Noel.

Al regreso de este espectacular recorrido, el niño llega con espíritu renovado a su hogar, disfrutando de la compañía de su familia y con la fuerte convicción de saber que la Navidad realmente existe.

Para recrear un poco de este trayecto, en distintos lugares del mundo, en centros comerciales y en parques temáticos, ofrecen tanto a grandes como a niños, paseos en tren a escala real, con elementos destinados a ambientar este recorrido para hacer sentir la magia de la Navidad a los ilustres pasajeros, permitiéndoles redescubrir sus más bonitos deseos y sentimientos.

El tren de la Navidad es alegría, por eso está decorado con los vistosos colores rojo, verde y amarillo que en perfecta combinación, levantan el entusiasmo y nos alientan a seguir adelante con mayor pasión y amor por la vida.

La Navidad y la víspera del año nuevo, son épocas cargadas de gran expectativa y emotividad, donde fácilmente, los seres humanos dejamos aflorar nuestros sentimientos más puros y sublimes. Cuando por alguna razón, sintamos desánimo o desasosiego, acudamos a ese niño que todos tenemos por dentro y echemos a andar ese mágico Tren de la Navidad… con seguridad, ¡nos sentiremos mucho mejor!