Origen de la relación del hombre con su mejor amigo -el perro-

La relación entre el hombre y el perro se remonta a los inicios de la historia y ha perdurado a través de los años hasta nuestros días.

El perro es el animal más humano de cuantos viven en nuestro entorno. Y no lo es porque sea el animal que mejor se adapta a la vida en el seno de las familias, ni porque esté considerado el mejor amigo del hombre, sino porque su evolución a través de, al menos, treinta milenios ha ido en paralelo al desarrollo de la Humanidad.

Lo que en un principio, hace ahora miles de años, era solamente un simple lobo predador, hoy por el trabajo selectivo del hombre, ha derivado en unas 450 razas de perros y una cantidad incontable de ejemplares híbridos.

Ceñidos al rigor histórico, podemos reseñar lo que la ciencia arqueológica ha descubierto: hace ya 31.700 años el perro vivía domesticado en estrecha colaboración con el hombre según datos corroborados en la Cueva Goyet de Bélgica.

Aunque no queda claro si fue el hombre quien domesticó al perro o por el contrario, si fue el perro el que se acercó al humano, lo realmente importante es la complicidad que desde los inicios surgió entre ambos y que tantos beneficios les ha reportado a través de la historia. La inteligencia humana unida al fino olfato y oído del perro, fue, es y será una alianza de la que se generan mutuas ventajas.

La simbiosis hombre-perro les ayudaría a ambos a procurarse comida. Mientras la evolución humana proseguía su andadura, el can —por un proceso de selección humana— se iba especializando en las diferentes labores que le exigía el hombre: cazador, conductor de ganado, custodio de campos y propiedades, atento vigilante en las noches cerradas y guardián que alerta ante la presencia de seres extraños.

Hoy el perro moderno sigue trabajando en aquellas facetas de la prehistoria a pesar de los milenios transcurridos. Todo cazador que se precie, va acompañado de su perro para que lo guíe hasta su presa y no hay pastor, agricultor o casa en el campo que no mantenga en su entorno uno o más perros, pero además, los canes se han ido especializando en muchas otras labores, tan diversas como lo son las necesidades humanas. Es en esta faceta que en los últimos siglos el hombre ha intervenido con mayor interés en la selección de nuevas razas caninas que se adaptan mejor a las cambiantes necesidades humanas.

Como vemos existe un sinfín de funciones desarrolladas en exclusiva para ayudar al hombre. Desde una valiosa compañía para personas con alguna discapacidad o entrenados para terapias para niños o ancianos, la policía, los mineros, el ejército, los marinos, los bomberos, hasta la industria aeroespacial o la sanidad, son algunas de las profesiones modernas que recurren a la asociación con el perro en infinidad de labores.

La fidelidad del perro hacia el ser humano es incomparable pues lo reconoce como el líder de su manada y tiene por él un respeto evidente, inclusive en esta sociedad moderna, donde  muchas veces se acostumbrada a exigir mucho y dar poco, los perros siguen siendo en demasiadas ocasiones los anónimos benefactores.