Vacaciones, recuerdos y regalos

Una de las costumbres viajeras más arraigadas y que más se disfrutan es el comprar obsequios para familiares y amigos; así como recuerdos que sirvan para mantener presente en la memoria el lugar visitado.

Sin embargo, hay que hacerlo con criterio, para que estos obsequios sean bien recibidos, e incluso evitar que nosotros mismos los echemos al baúl de cosas inútiles.

Cuando llevamos un recuerdo a un familiar o amigo, hay que tener claro que no es un regalo de cumpleaños, sino un presente de viaje o del lugar que visitamos. No vale la pena perder tiempo pensando si el regalo es de su color favorito, sino en el interés y el valor que le pueda dar.

Para llevar un presente a la familia, no conviene comprar cosas por separado. Lo mejor es adquirir  algo que todos disfruten, como un dulce tradicional o algo de comer. Otras opciones para el grupo familiar son un mantel o utensilios de cocina.

En tiendas con regalos o recuerdos tradicionales se encuentran opciones como un disco con música típica, bufandas o bolsos de mano, que también encuentran utilidad. El mejor regalo es algo diferente que se pueda conseguir en cualquier puesto local. Lo inesperado es el mejor obsequio.

En muchas partes del mundo se ofrecen franelas con la foto y el nombre del destino. Pero hay que preguntarse si la persona obsequiada la va a utilizar. La gente siempre está dispuesta a probar sabores nuevos y exóticos. Una buena opción son los alimentos enlatados o empacados,  para evitar problemas en la aduana.

Si el regalo o recuerdo es original y útil, cumplirá cabalmente su función de estar presente en la cotidianidad tras el regreso del viaje.