Cómo rechazar a un recién conocido

Fecha de publicación: 31-08-2017

La honestidad y la cortesía, son las mejores herramientas para expresarle a esa persona que no nos interesa seguir tratando.

Vivimos en una sociedad, donde diariamente tenemos la oportunidad de conocer personas, bien sea en el ámbito laboral, estudiantil, en la comunidad o sector donde habitamos, en el gimnasio o las clases de inglés, en fin, en cualquier lugar donde estemos rodeados de nuestros semejantes.

Bajo estas condiciones, es normal que surjan interacciones con quienes integren nuestro entorno, de las cuales se pueden derivar relaciones amistosas o incluso, amorosas. Entre el abanico de posibilidades que pueden tener lugar, está el hecho de que esa persona con quien en algún momento comenzamos a salir o a compartir manifieste interés por nosotros, pero que este interés no sea recíproco de parte nuestra.

¿Cómo actuar en esa situación? ¿Cómo expresarle a esa persona que el sentimiento que profesa hacia nosotros no es correspondido?

Hacerlo sin que esa persona llegue a sentirse triste o herida, puede resultar complicado. Sin embargo, cuando no estemos interesados en tener una relación, es mejor ser claro y honesto en lugar de llenar a esa persona de esperanzas o falsas expectativas.

Más que evadir un encuentro para tratar el tema, es preferible afrontar la situación y buscar el tiempo y el espacio para poner las cosas en claro. Si hemos salido con esa persona por un tiempo, es evidente que le debemos una explicación personal en lugar de un mensaje de texto, un correo electrónico o una llamada. Solo tenemos que asegurarnos de hacer las cosas con madurez y asertividad.

Una charla donde impere la honestidad y la cortesía, sin llegar a mostrarnos muy empalagosos o con una actitud de lástima por la otra persona, puede hacer que la conversación se desenvuelva de manera fluida. Luego de hablar por uno o dos minutos, expresemos el mensaje con simplicidad. Basta decir algo como “lamento no corresponder a tus sentimientos o me siento halagado, pero no tengo interés en continuar saliendo contigo.”

Es importante asegurarnos de ser claros en el mensaje. No demos a entender que no queremos salir en ese momento, cuando en realidad no queremos compartir más con esa persona. No dejemos que nuestro interlocutor se aleje creyendo que puede intentar captar nuevamente nuestra atención en unas semanas. Quizá en el momento nos parecerá que es muy duro, pero el hecho de que esa persona quede clara con respecto a nuestros sentimientos, al final, será mejor porque le evitará un dolor mayor generado por las falsas esperanzas.

Puede darse el caso de que la otra persona nos intente persuadir de cambiar de idea o de tomarnos un tiempo para “pensar mejor” las cosas. Aunque nos veamos tentados a ceder para no causarle dolor, si realmente estamos claros con respecto a nuestros intereses, entonces mantengámonos firmes.

Ahora bien, cuando estemos comunicando nuestro punto de vista, ser contundentes no es sinónimo de ser rudos. Hay quienes creen que la única manera de desprenderse de alguien que no le gusta es ser despiadadamente honesto sobre la razón por la que una relación no puede continuar. Todo lo contrario, procuremos ser amables y decir las cosas de tal manera que la otra persona se sienta bien sin darle falsas esperanzas ni herir sus sentimientos con insultos hacia su personalidad.

No es necesario llegar a las ofensas, ni mencionar por ejemplo si hay características físicas que no nos agraden o decirle que tiene una personalidad aburrida o poco interesante. No es necesario caer en ello para transmitir nuestra decisión. Asimismo, no nos extendamos mucho en la conversación porque podría resultar más doloroso, basta decir que no estamos interesados, ya que ahondar en detalles del por qué, puede llegar a resultar ofensivo.

Si aún en esta situación queremos mantener la amistad con esta persona, comuniquémoslo, pero si no, no hay necesidad de fingir ni decir que queremos seguir siendo su amigo cuando no tenemos interés alguno en ello.

Ser frío puede parecer cruel, pero es mucho más fácil para todos los involucrados. Los procesos prolongados e interminables son muy traumáticos. Es mejor no jugar con los sentimientos de esa persona. Aprender a expresar nuestras emociones con claridad es una parte importante del crecimiento personal. No le temamos a esta habilidad, sin importar lo reservado ni lo racional que creamos ser. Nuestras emociones forman parte importante de nuestra personalidad.