Fecha de publicación: 16-10-2014
Es un préstamo de dinero que el Banco otorga a su cliente, con el compromiso de que a futuro, el cliente devuelva dicho préstamo en forma gradual (por cuotas) y con un interés.
Se define también como un contrato en el que el prestamista concede o se compromete a conceder a un consumidor un crédito bajo la forma de pago aplazado, préstamo, apertura de crédito o cualquier medio financiero a través del cual se realiza el financiamiento.
Para obtener un crédito de este tipo, es necesario demostrar que se tiene capacidad de pago. ¿Cómo calcular esa capacidad?
Debe hacer el siguiente ejercicio. Determinar su ingreso neto mensual (remuneración líquida) y restarle la suma de gastos fijos que tiene mensual. Es decir, los pagos por alimentos, alquiler, matrículas escolares, servicios básicos (luz, agua, gas, teléfono, televisión por cable y otros). También ropa, calzado y diversión, estimando un aproximado de gasto mensual por este rubro. Adicionalmente, en caso de existir pagos por otras deudas, también restarlas. Si el resultado final es cero o cercano a cero, significa que no tiene capacidad de pago, por lo que no debería tomar un crédito en este momento.
Es importante indicar que los bancos pueden usar esta u otras formas para determinar la capacidad de pago de un cliente, dependiendo de su política comercial. Asimismo, los plazos y las tasas aplicadas a los mismos dependerán de cada institución financiera o ente que lo otorgue.
Existen varios tipos de crédito al consumo, se incluyen las tarjetas de crédito, las tarjetas de financiamiento propio de tiendas, empresas de servicio, los préstamos personales a plazos y algunos préstamos de minoristas.
Este tipo de crédito se puede solicitar hoy en día de una manera muy fácil, de hecho el usuario puede obtenerlo sin tener un historial crediticio.