Historia de las aves como mascotas

Sus llamativos colores, su habilidad para realizar trucos y la maravilla de verlas volar, hace de las aves una deseable compañía.

Tener aves como mascotas en casa, es un hábito que cada vez se hace tan habitual como el tener perros, gatos o peces. Si bien al principio pareciera que su belleza se manifiesta en una cuestión visual, luego descubrimos en ellas sus distintas habilidades naturales, que podemos conseguir desarrollar por medio de un entrenamiento, como hacerlas hablar en algunos casos. Así que, más allá de lo ornamental, provocan interés y curiosidad, aspectos que influyen en su elección como un miembro más de la familia.

A lo largo de la historia, las aves exóticas comenzaron teniendo un atractivo visual, cuando fueron utilizadas en un principio como animal de competencia en las grandes civilizaciones. Sin embargo, cuando se trata de hablar de mascotas, fueron las primeras en ser domesticadas, aún antes que el perro. Ya 4.000 años antes de Cristo, reyes y nobles del país egipcio se dedicaban a capturar y enjaular aves africanas.

Luego fue adquiriendo distintos simbolismos: para los clásicos griegos ostentó el significado de trofeo que connotaba un determinado poder social y riqueza. Fueron las clases acomodadas del Renacimiento europeo quienes entre el año 1300 y 1600 comenzaron a poblar sus propios jardines con las aves como mascotas en el hogar. Luego, con el descubrimiento del Nuevo Mundo arribaron a España de las manos de Cristóbal Colón, una enorme cantidad de aves exóticas descubiertas por primera vez.

Por su parte, los loros fueron aves domesticadas por los Incas para su disfrute hogareño. En algunas tribus se exigían plumas de ciertas aves a los pueblos sometidos como pago por mantener sus derechos.

A medida que se fue estrechando el contacto con esta especie del reino animal, comenzaron las grandes exposiciones en 1890 en Inglaterra, con la consecuencia de la transmisión de sus enfermedades a las personas, lo que comenzó a ser motivo de preocupación.

En la actualidad, tener aves es muy común y cotidiano. Por ejemplo, son los más pequeños de la casa quienes se entusiasman desde la escuela con tener y proteger a las aves como mascotas, exhibiéndolas con orgullo entre sus familiares, compañeros y amigos. Ellos suelen comenzar con canarios y periquitos.

Al adoptar a un ave como mascota en el hogar, debemos considerar que la adaptación de este animalito con sus dueños y con su nuevo hábitat, es un proceso paulatino. En un principio lógicamente estará asustado al compartir un nuevo lugar, ajeno, por ello hay que ayudarlo, hablándole, moviéndolo, estimulándolo. Así que durante los primeros días, tanto los dueños como el ave deberán comprenderse mutuamente hasta lograr comunicarse y lograr una plena adaptación.

(Conclusión): Tener un ave como mascota implica asumir una responsabilidad, brindándole cuidados, alimentación y cuidados veterinarios, además es imprescindible considerar antes de decidirse por su compra, cuáles son las posibilidades reales que se tendrán para cuidarlas. No se trata sólo del tiempo que se les podrá dedicar, sino también el tema del espacio necesario para que puedan estar en las mejores condiciones posibles.