Origen de la caricatura

Fecha de publicación: 16-11-2015

Desde sus inicios, la caricatura se ha utilizado como un instrumento artístico ligado al humor y a la sátira política.

La caricatura, vocablo que proviene del italiano caricare, que significa cargar, exagerar, está representada por un retrato que excede o distorsiona la apariencia física de una o varias personas, para crear un parecido fácilmente identificable y generalmente, humorístico. Su técnica usual se basa en recoger los rasgos más marcados de una persona como los labios o las cejas y exagerarlos o simplificarlos para causar comicidad o para representar un defecto moral a través de la deformación de dichos rasgos, en tal caso es una forma de humor gráfico.

Los especialistas coinciden en señalar las raíces de la caricatura en el Renacimiento, concretamente a partir del siglo XVI, cuando artistas como Holbein, Brueghel el Viejo, el Bosco, los Carracci, Arcimboldo y sobre todo, Bernini, ensayan formas de expresión artística muy próximas a lo caricaturesco.

A partir del siglo XVIII, el dibujante de caricaturas era quien percibía las corrientes de opinión, quien comunicaba el descontento popular y si era preciso, transgredía las normas para ejercer su crítica. De forma paulatina, las nuevas circunstancias políticas sirvieron a este propósito, así como la consolidación del oficio periodístico, pues la prensa era el espacio en el cual la caricatura encontró su campo más fértil de expresión.

Pero es a finales del siglo XVIII, cuando se puede ubicar una forma consolidada de la caricatura gráfica, motivada por el ideario político-filosófico de la época, reflejo de una nueva conciencia librepensadora. El primitivo caricaturista ensayó con sus dibujos una forma novedosa de satirizar a los personajes, sean éstos de otra clase social o de distinta etnia o nacionalidad.

En este ámbito proliferaron los estereotipos de clase y también los nacionales, lo cual favoreció la síntesis comunicativa, de forma que el dibujante podía dar a entender un concepto con el uso de una gama de símbolos reconocibles, como una bandera determinada, cierto traje regional u otros elementos significativos.

Así, por ejemplo, desde el siglo XIX eran frecuentes en las caricaturas políticas relacionadas con Estados Unidos la presencia de un personaje, el Tío Sam, cuyo sombrero de copa, con las barras y estrellas de la bandera nacional norteamericana se convirtieron en el ícono identificativo de ese país.

En lo que respecta a la autoridad política, la censura es el único elemento de contención en ese desarrollo tan significativo para la cultura de masas que es el humor gráfico.

La caricatura, a través del recurso de la exageración, relaciona la morfología con el carácter, aspecto fundamental en el trabajo de los caricaturistas, pues estas expresiones, por disparatadas que parezcan, conducen mejor la crítica, por muy ácida que ésta sea; así toda caricatura hay una descripción irónica, que induce a la reflexión intelectual de quien la observa.