Fecha de publicación: 05-09-2016
Los jabones neutros son aquellos que cuentan con un pH similar al de la piel, además, carecen de aroma y color. El más emblemático de los jabones neutros, es el jabón de glicerina, el cual es utilizado además, como la base de muchos tipos de jabones para el cuidado de la piel.
El jabón de glicerina es conocido por sus grandes beneficios para la piel de todo nuestro cuerpo. En el mercado podemos encontrar infinidad de versiones, con diversas fragancias y propósitos, pero si lo hacemos en casa, podremos adecuarlo a nuestras necesidades específicas, incluyendo formas, tamaños y fragancias.
Habitualmente el jabón de glicerina es muy recomendado para pieles grasas porque sus características tienden a cerrar las glándulas sebáceas de nuestra piel. Es un jabón con una carga neutra y de acción duradera, por ello resulta adecuado para el tratamiento del acné, las espinillas, los granos y en general para aquellas personas de piel grasa.
Ingredientes para hacer jabón de glicerina
Para hacer jabones caseros de glicerina, utilicemos como base una pastilla de jabón neutro de glicerina o en su defecto, usemos una barra de glicerina pura, la cual podemos adquirir en droguerías, farmacias y tiendas especializadas en creaciones artesanales y manualidades.
Los moldes a utilizar son importantes, pues permitirán crear las formas y desmoldar sin romper el producto terminado. Conviene elegir los indicados especialmente para jabones, particularmente los de silicona. Ya que la glicerina es algo pegajosa, siempre es recomendable humectar los moldes con vaselina líquida o con un poco de aceite esencial, antes de verter el preparado aún caliente.
Tenemos dos maneras de derretir la glicerina, o bien en baño de María, en una olla antiadherente de acero inoxidable, o en el microondas, a baja potencia y por cortos períodos de tiempo. Para hacer más fácil y veloz el proceso, podemos rallar la glicerina con un cuchillo o usando un viejo rallador de queso. Otra opción es adquirir la base neutra de glicerina en polvo, más sencilla de utilizar, aunque también más difícil de conseguir.
Además de los moldes, ollas de cocción y enfriamiento, para hacer jabones caseros de glicerina necesitamos espátulas de madera, plástico o goma (que sean resistentes al calor), alcohol medicinal en botellas con atomizador, se utiliza para pulverizar por sobre la glicerina recién vertida en los moldes, de modo de eliminar las burbujas de aire que pudieran haber quedado y también se agrega alcohol en mínima cantidad al derretirse, con igual propósito, goteros para aplicar las fragancias, aceites esenciales y colorantes vegetales para jabones.
Hay muchos agregados posibles para el jabón de glicerina, como cereales, frutas, cáscaras, semillas, flores, pétalos, hierbas, incluso algunos meramente decorativos aprovechando su transparencia, como conchas y caracolas marinas.
Sobre cómo hacer jabones artesanales de glicerina, es una cuestión de paciencia más que de experiencia. De modo general, se comienza por derretir el neutro de base, al calor suave y se le agrega el color, el aroma y los productos con los que queramos enriquecerlo. Luego, lo vertemos en moldes especiales para jabones y los dejamos enfriar y secar un poco. Cuando notemos que está duro en la superficie, lo retiramos del molde y dejamos que termine su proceso de secado, siempre en un sitio ventilado, más bien fresco y oscuro, puede ser dentro de la nevera.
Luego de algunos días de secado y concentración de sus componentes, podemos utilizar el jabón casero y disfrutar de todos los beneficios que brindará a la piel de todos los miembros de la familia.
El jabón de glicerina es considerado de gran utilidad para pieles finas y sensibles, que son las que más sufren por la acción agresiva de los agentes exteriores. Para las personas que poseen ese tipo de características en su piel, el uso de este jabón neutro, les ayudará a su reafirmación y a mantenerla cuidada y en excelentes condiciones.