Cristo de José, el Cristo de los viajeros

Fecha de publicación: 16-08-2016

Bien vale la pena conocer todas las características que enmarcan al Cristo de los viajeros..

La Basílica del Cristo de José, conocido también como El Cristo de los Viajeros, está ubicada en la vía que comunica a la población de Puerto Píritu con la ciudad de Barcelona, en el estado Anzoátegui.

En la Carretera de La Costa, a 30 kilómetros de Puerto La Cruz, se encuentra una peculiar basílica que destaca por su gran cúpula metálica de color bronce, obra del arquitecto Alberto Parra y del ingeniero José Borges Ramírez, que cubre el templo, el cual tiene la particularidad de carecer de paredes. Esta es la basílica que alberga la imponente imagen del milagroso Cristo de José.

El 20 de Noviembre de 1994 esta basílica, visitada tanto por turistas foráneos como por los lugareños, fue declarada monumento Diocesano del Estado Anzoátegui y la bella imagen del Cristo de José fue declarada patrimonio del estado.

Esta es una imagen muy particular de Jesús, que nos muestra a un hombre fuerte, musculoso, de pies y manos grandes, acostumbrado a caminar descalzo por los caminos y a bregar y trabajar como verdaderamente lo debió hacer Jesucristo, que era obrero y artesano.

Existen algunas leyendas que hablan de los orígenes de la imagen del Cristo de José. Se dice que esta singular y atlética imagen de Cristo fue llevada a fines del Siglo XIX al Fundo José de la familia de los próceres de la independencia José Gregorio y José Tadeo Monagas, para así tranquilizar al ganado que vivía atemorizado por la supuesta presencia de espantos.

Otra de las historia sobre los orígenes de esta imagen, señala que fue encontrada en las costas cercanas y que llegó al lugar, gracias a los fundadores de un desaparecido pueblo colonial del siglo XVI. La leyenda del Cristo de José comienza cuando, inexplicablemente y sin que se tenga noticia de su procedencia, aquella colosal figura, bien formada y definida, apareció encallada en la playa, mitad en el mar, mitad en la arena, asomada su cara y mirando el cielo.

La historia más actual sobre la procedencia de la peculiar imagen del Cristo de los viajeros, nos cuenta que el Fundo de José fue comprado por el Señor Mario Adrián La Rosa, el 13 de agosto del año 1953, quien desde niño tenía algún conocimiento de la existencia de la imagen, por ello insistió en buscarla hasta encontrarla.

La imagen del Cristo estaba deteriorada por estar expuesta a la intemperie y el señor La Rosa junto con dos jóvenes que trabajaban en el fundo, construyeron una casita para resguardar la imagen a unos siete kilómetros de la carretera de la época, esta fue la primera capilla que guardó la imagen, la cual fue elevada a oratorio en 1981 y luego con sus propios recursos, La Rosa construyó la hermosa y moderna basílica que desde el 2 de agosto de 1994 resguarda al Santo Patrono del Estado Anzoátegui.

Otra peculiaridad de la imagen del Cristo de José es que tiene algunas características particulares que dificultan su estudio, estilo artístico y su país de origen. En ella los pies están separados, uno al lado del otro y clavados independientemente y no superpuestos como es común representar al Cristo en todas las iconografías conocidas. El material con el cual fue elaborada la estatua que pesa varias toneladas, es desconocido y aunque se le han hecho varios análisis para determinarlo, hasta los momentos no se ha logrado.

Y a pesar de todas estas curiosidades y misterios en torno a su origen, El Cristo de José es venerado por todos los anzoatiguenses quienes lo consideran muy milagroso; precisamente, nadie pone en duda la fama que tiene por sus milagros. Ejemplo de ello son las numerosas placas de agradecimiento, los múltiples testimonios de fe y las variadas ofrendas que diariamente le llevan los visitantes de oriente.

Al acercarnos a la basílica, además de sentir la paz espiritual que emana de su imagen tan serena, tendremos la oportunidad de experimentar un rato de descanso, después de un largo viaje. Muchos anzoatiguenses antes de salir del Estado y al regresar por la carretera de la costa se detienen a pedir permiso y protección y al retornar, se detienen a darle las gracias.