Cómo pintar un cuadro

Fecha de publicación: 07-08-2018

Sin la necesidad de ser artistas consagrados, todos tenemos la oportunidad de crear hermosos cuadros, creativos y originales para decorar nuestro hogar y oficina con un toque personal.

A continuación compartiremos algunas ideas y pasos básicos para pintar cuadros y de esta manera decorar las paredes, tanto de hogares, oficinas y cualquier otro espacio interior.

En principio debemos escoger las pinturas acordes con nuestros gustos y presupuesto, en este sentido, la pintura más económica y fácil de conseguir es la acuarela que se encuentra disponible en tubos o estuches de plástico con distintas paletas de colores. Otra opción es la pintura acrílica que es de secado rápido y gran versatilidad y, finalmente, tenemos las pinturas al oleo, mayormente utilizadas por los grandes maestros del arte, así como también, personas aficionadas pero con una mayor experiencia en la pintura.

En cuanto a los pinceles, existe una amplia variedad en función de lo que queramos pintar. Los pinceles gruesos sirven para trazos más amplios y rellenar con color amplias zonas del cuadro, mientras que los pinceles delgados se utilizan mayormente para los detalles pequeños. El uso de los pinceles, también depende del tipo de pintura que se vaya a utilizar, en todo caso, en las tiendas especializadas hay personas con los conocimientos necesarios para brindar la adecuada orientación sobre estos implementos.

Además de las pinturas y los pinceles se necesitará de un papel especial para acuarela o un lienzo si vamos a pintar con colores acrílicos o pintura al oleo. El lienzo es en sí, el soporte de la obra, es decir, la superficie sobre la cual vamos a pintar. Las dimensiones del papel o lienzo dependerán del gusto de nosotros, del tamaño de la obra que vamos a ejecutar.

Finalmente, debemos tener a la mano unos recipientes para el lavado o enjuague de los pinceles y una paleta de madera para colocar las pinturas y hacer las respectivas mezclas, además del caballete o soporte del lienzo mientras estamos pintando.

Antes de comenzar a pintar, se aconseja escoger un tema, es decir, si vamos a pintar un paisaje, un rostro, un retrato o en dado caso, una pintura abstracta o lo que llaman los entendidos naturaleza muerta o bodegón, donde los objetos inanimados son los protagonistas y que son muy recomendados para principiantes, dada la sencillez de su temática.

Luego de seleccionado el tema, es de gran ayuda hacer un bosquejo de la obra que queremos pintar. Si bien no es obligatorio, realizar el bosquejo a lápiz, sobre el soporte donde vamos a pintar, resulta ser una buena guía.

Luego de tener el bosquejo, es recomendable hacer las mezclas de los colores que vamos a emplear, además de probar en una superficie aparte, la tonalidad de los colores para saber si están acordes con lo que estamos buscando. Estas pruebas de color, nos permitirán adicionalmente, practicar distintos trazos con los pinceles.

Al iniciar nuestra pintura, es recomendable comenzar por el fondo, lo que nos permitirá pasar de los detalles generales a los más específicos. De igual forma se recomienda con la aplicación de los colores, es decir, es preferible comenzar por los colores claros y gradualmente emplear los de tonalidad más oscura. Aplicar los colores oscuros sobre los claros, es más sencillo.

Si llegamos a arruinar una parte de la pintura excediéndonos con un color determinado, no es necesario escandalizarse. Lo importante es no dedicar mucho tiempo a cubrir el “accidente” utilizando muchas capas de pintura, es mejor pasarlo por alto, avanzar con la obra y dejarlos para el final para ver que tanto afectan el resultado.

Otra recomendación es trabajar una parte de la pintura y al finalizar, avanzar con otra parte. Obviamente, estas son recomendaciones y no una norma o una ley que no se pueda contrariar. Hay personas que van de una zona a otra de la pintura y luego retoman el sector del lienzo inicial, todo dependerá de cómo nos sintamos durante el proceso creativo.

Por último se recomienda alejarse cada cierto tiempo del lienzo en la medida en que vamos avanzando, esto nos permitirá tener una perspectiva diferente y ver la obra en su conjunto incluso, nos permite corregir detalles que al estar de cerca no podríamos apreciar.