Consejos para introducir frutas en la alimentación infantil

Fecha de publicación: 20-07-2016

Cerca de los 6 meses de edad, el pediatra aconsejará empezar a dar fruta al bebé, así que descubramos cómo lograr que las acepte.

Hacia los 6 meses de vida podemos empezar a añadir otros alimentos a la dieta del bebé. El orden más habitual es comenzar por los cereales y luego seguir con la fruta.

A la hora de empezar a dar fruta al bebé, hay pediatras que aconsejan comenzar con el jugo de naranja o de mandarina en lugar del puré, mientras que otros prefieren la opción inversa.

Lo cierto es que no existe unanimidad al respecto, no hay una norma que establezca por cual de ellos empezar. Depende de cada niño, algunos aceptan mejor el néctar y otros, el puré. Si el niño rechaza el jugo, no hay de qué preocuparse, basta con cambiar al puré de frutas.

Si se comienza con el jugo, lo ideal es dárselo al bebé a cucharaditas, viendo cuál es la cantidad que acepta y aumentándola poco a poco. Por ejemplo: el primer día una, al día siguiente dos y así sucesivamente hasta que llegue a tomar unos 50 ml al día. No debe dársele en el tetero porque se aumenta el riesgo de caries.

El mejor momento del día para que lo tome es entre las comidas (entre toma y toma) o también después de la siesta, ya que se levanta con sed.

Es importante que el jugo no sea muy ácido, con lo que se deben elegir las naranjas o las mandarinas dulces, además, nunca se debe añadir azúcar, ya que no es aconsejable durante el primer año de vida.

En cuanto a las papillas, tenemos que también es una de las primeras opciones para introducir frutas en la dieta del bebé.

A partir de los 6 meses si el bebé toma lactancia materna y a partir de los 4 a 6 meses si toma leche de fórmula, ya podemos ofrecerles fruta.

¿Cómo debe prepararse la primera papilla o puré de frutas?

Para empezar, podemos triturar 60ml de leche y agregarle 100 grs. de pera o manzana. La fruta ha de estar pelada y sin pepitas ni partes defectuosas. La leche puede calentarse un poquito. Esta dosis es suficiente para los primeros días, complementando a la toma de leche.

Para suavizar más esta combinación, podemos hervir ligeramente la manzana o la pera. Cuando el pequeño se haya habituado, podemos ir incorporando fruta fresca.

Cuando lleve un par de días aceptando la papilla de pera y manzana podemos añadir 30g de cambur.

Si el bebé termina la papilla, podemos ir incrementando hasta los 250 ml, de los cuales de 90 a 100 ml serán de leche. Recordemos que la alimentación complementaria es “complementaria” a la leche y no al revés. El bebé decide cuándo ya no quiere más, cuando gire la cara o cierre la boca, debemos parar. Pensemos que la fruta es menos nutritiva que la leche, así que mientras se llegue a los 500 ml de leche diarios como mínimo no debemos preocuparnos, ya que a esta edad, la leche debe seguir siendo su alimento principal.

Si el bebé tiene dificultades digestivas, evitemos la manzana, ya que es la fruta que tiene más gas y le puede generar una indigestión: Esta fruta hervida, al microondas o al horno es mucho más fácil de digerir.

Toda la fruta que le demos al bebé, ha de estar libre de la concha y las pepitas o semillas.

A partir de este momento, se pueden ir introduciendo otras frutas como la ciruela y la uva, una a una para observar posibles reacciones adversas.

La patilla, el kiwi, el mango, la piña, la lechosa y el melón, son frutas que también se pueden ofrecer a partir de los 6 meses pero con precaución. Siempre que la mamá del bebé las haya tomado antes y durante el embarazo de forma natural y ninguno de los progenitores tenga alergia a la fruta en cuestión. Si no es así, las ofreceremos a partir de los 12 meses por precaución. Con la naranja y la mandarina, por ser frutas cítricas, es preferible esperar a los 12 meses.

Para el melocotón y los albaricoques es conveniente esperar hasta el primer año de vida, aunque a veces se recomiendan antes, ya que lo alergénico son los pelillos de su piel.

Las frutas rojas  como las fresas, moras y frambuesas no deben ofrecerse antes de año: Si se han producido reacciones alérgicas anteriores o algún progenitor también es alérgico, es mejor esperar a los 18 meses, ya que son en potencia, poseen una carga alergénica.

Recapitulando, la fruta es menos nutritiva que la leche, con menos grasa y menos calorías, pero es rica en vitaminas, fibra, minerales y es antioxidante. Al igual que cuando nos preparamos un jugo natural, el puré de frutas de los bebés también hay que hacerlo justo antes de dárselo, ya que de lo contrario se pierde gran cantidad de vitaminas.

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