Fecha de publicación: 22-09-2014
Muchos estudios demuestran la relación entre la alimentación materna durante la gestación y la salud y crecimiento del niño. Se conoce que, por ejemplo, una alimentación deficiente en ácido fólico puede ocasionar defectos en la médula espinal.
La alimentación también se relaciona con el curso del embarazo. Una alimentación inadecuada puede ocasionar complicaciones como anemia o preclamsia durante el embarazo y muchos de los desagradables síntomas que se pueden sufrir durante la gestación, como fatiga, estreñimiento o calambres, pudieran minimizarse con una dieta adecuada.
También el alimentarse correctamente contribuye a evitar un parto prematuro, al equilibrio emocional y a la recuperación corporal después de dar a luz.
La mayoría de las mujeres embarazadas necesitan incrementar las proteínas que toman, ciertas vitaminas como el ácido fólico y minerales como el hierro, y comer algunas calorías extra para tener más energía.
Es recomendable limitar la comida chatarra, porque tiene muchas calorías, pero pocas de las vitaminas y minerales que necesita el bebé. Sin embargo, comer mejor no significa comer más. La creencia de que durante el embarazo hay que comer por dos, se descartó hace tiempo.
Si se tiene un peso adecuado al inicio del embarazo, no se necesitan calorías extras durante el primer trimestre. Durante el segundo, sólo necesitan añadirse 300 calorías más por día y alrededor de 450 calorías adicionales por día durante el tercer trimestre.
Si existe sobrepeso o peso bajo, es mejor hablar con el doctor al respecto.
Si las náuseas, el rechazo por ciertos alimentos, la acidez o la indigestión disminuyen las ganas de comer, intentar de cinco a seis comidas ligeras, en vez de tres grandes. Será más fácil digerirlas. No saltar comidas, porque el bebé necesita recibir alimento de forma regular.
La calidad en la nutrición durante el embarazo, es decisiva para la salud de la madre y el bebé.