Comer en vacaciones: un cambio de rutina

Fecha de publicación: 01-10-2014

La alimentación en tiempos de asueto debe apuntar a lo práctico sin dejar de ver el valor nutritivo.

Entre los hábitos que se modifican en temporada vacacional, destacan las comidas. Cambian los horarios y cambia lo que consumimos. La norma es lo práctico; pero no debemos descuidar el valor nutritivo de lo que comemos.

La primera prevención es dosificar la comida rápida. Está bien de vez en cuando, por solucionar un apuro o satisfacer un antojo, pero no puede ser la norma. Esta conveniente opción se debe alternar con otras soluciones.

Si se dispone de alojamiento con cocina, vale la pena hacer unas compras. El bolsillo lo va agradecer y sabremos de dónde proceden los alimentos, además de enfocar lo comprado hacia los gustos de cada quien.

Vale la pena tener en cuenta tres elementos básicos para estos días: frutas, ensaladas y sándwiches. Son prácticos, nutritivos y refrescantes.

Es una buena época para incorporar frutas al desayuno, solas o acompañando algún cereal o yogurt. El pan integral y los huevos también constituyen una elección sencilla y nutritiva.

Para el mediodía, los sándwiches son la mejor opción. Pueden ser consumidos en cualquier lugar, no necesitan platos ni cubiertos. El atún enlatado es una idea práctica; aunque no se debe descartar el pavo, el queso e incluso el roast beef, ya que a la mitad del día necesitamos una sólida ingesta de proteínas.

Siempre se pueden hacer más apetitosos agregando algo verde: lechuga, pepinos, alfalfa. Y entre las salsas, la mejor es la mostaza. Para la noche se puede repetir con algún cereal o sándwich; pero prescindiendo de las frutas por el azúcar natural que contienen.

Definitivamente es posible combinar lo práctico con lo nutritivo para satisfacer nuestro apetito en los días de asueto.