La magia del calabacín

Fecha de publicación: 14-10-2016

Una de las hortalizas más nobles del mundo, es un sabor que merece ser explorado en las ensaladas.

El calabacín es una hortaliza que se encuentra todo el año en el mercado, pero su temporada es el verano, por lo que es cuando más se presta a preparar recetas con ella. Es muy versátil, se puede cocinar a la plancha, al vapor, frita, al horno y también se puede comer cruda.

El calabacín, también llamado zucchini, está compuesto de un 95% de agua. Este alimento no tiene ningún contenido calórico, por este motivo es altamente benéfico para el organismo.

En estudios realizados, este producto natural contiene una muy buena cantidad de minerales y oligoelementos, también contiene el fósforo, el potasio, el magnesio y el calcio.

A continuación tres excelentes recetas para sorprender a los paladares más exigentes.

La ensalada de pasta con calabacín, mango y vinagreta de mostaza, es un plato de verano fresco, nutritivo, saludable y muy sabroso. La combinación de texturas y sabores conquista a los paladares más exigentes.

Poner una olla a calentar con abundante agua, cuando rompa a hervir incorporar pasta corta, remover para que no se pegue y bajar el fuego para cocinarla sin excesivo burbujeo.

Cuando la pasta esté al dente, escurrir y refrescarla para enfriarla y cortar la cocción. Preparar la vinagreta con un aceite de oliva, un toque de vinagre, mostaza, algo de miel, sal y pimienta.  Picar los calabacines y ponerlos en un cuenco, añadir un mango picado en dados y la vinagreta.

La ensalada de calabacín con migas es una receta muy sencilla, económica, ligera y además nutritiva. Esta ensalada incluso incorpora la piel del calabacín, junto a migas de pan, jamón, ajo y un toque de pimienta, son suficientes para hacer de una hortaliza de sabor liviano, un exquisito plato.

Para unos calabacines rellenos con jamón, poner en una olla con agua y sal el calabacín entero y dejar 15 minutos a fuego bajo; escurrir, dejar que se enfríen, partir al medio y retirar la pulpa, reservar las canoas boca abajo en un plato con una servilleta para que escurran todo el agua.

Los calabacines tienen que quedar blandos pero firmes, así cuando se ponga el relleno no se desarman. Poner a sofreír suavemente la cebolla con aceite y un poco de sal, mientras se pica la pulpa y se cortan los champiñones en trocitos pequeños.

Cuando la cebolla este bien sofrita, agregar la pulpa del calabacín, el jamón darle apenas una vuelta, porque si  el jamón se cuece demasiado queda muy salado.